The Closing Down (Justo Hoy)
(Música de fondo: The Scientist - Coldplay)
Increíblemente y por fin, puedo escuchar esta canción sin llorar y sin que se me agüen los ojos (eso creo esperemos al final).
Las situaciones de la vida, las decisiones, las consecuencias, la frialdad, la estupidez, la idiotez, la distancia, la rutina, la alegría y la tristeza, todas y cada una de ellas me han tocado a mí, me han visitado a mí, me han afectado a mí. Gracias Dios porque soy un ser humano y esto me confirma lo que a veces suelo dudar de mí mismo: ¿yo puedo sentir?
Gracias a la vida por ponerme en situaciones difíciles que son las que me ayudan a tomar aquellas decisiones que no permitirán que me estanque, gracias a la vida por darme momentos amargos, para así poder disfrutar los momentos dulces y salados. Gracias a la vida por poner gente en mi camino que vale la pena, que me hace reír y gente que me hace llorar, para de esa forma valorar cada día más las sonrisas y las risas a carcajadas.
Y hoy, justo hoy, es uno de esos días donde debo cerrar cosas que me mantenían atado, que no me dejaban avanzar. Y hoy, justo hoy doy gracias a la vida y a Dios por permitir que estas cosas pasen para salir del pantano en el que me ahogaba. Y a veces me pregunto: ¿hasta dónde puedo llegar el arrepentimiento humano? Sé que a San Pedro le costó dos llagas en su cara de tanto llorar. Pero, ¿puedo yo medirlo o es sólo cuestión de Dios? ¿alguna vez nosotros como seres humanos (o mejor digo, YO) podré medirlo y realmente perdonar? ¿Perdonarme a mí mismo, perdonar a la vida o perdonar a los demás?
Y hoy , justo hoy decido terminar con este libro y empezar la segunda parte, esa segunda parte de donde hoy, justo hoy, empieza mi vida nuevamente. La atadura, no, mi enemiga número 1 y en esta te venzo y te gano. Y como mi enemiga, te aplasto hasta volverte polvo, polvo que finalmente podré soplar lejos de mí.
Y hoy, justo hoy subo el escalón que desde hace mucho me tocaba escalar y no quería hacerlo esperando que me acompañaras. Pero me doy cuenta que no, que no tus pies cortos no te permiten escalar conmigo, y si intento ayudarte caemos los dos juntos al oscuro abismo mucho más siniestro.
Y hoy, justo hoy me doy cuenta que lo que realmente determina a un hombre, no es más que su carácter y la capacidad de tener esa firmeza para seguir adelante haciendo la paz con su pasado.
Y hoy, justo hoy puedo tener la fuerza de aplastar a mi enemiga (la atadura) con las fuerzas que nunca tuve y finalmente subir el escalón que me corresponde y espera.
“Moisés en su lecho de muerte dijo a sus seguidores, que por fin iban a entrar en la Tierra Prometida, que cuando hubieran derrotado a las tribus de Canaán debían destruirlas por completo…no hacer trato con ellos ni tenerles clemencia”
Hasta Siempre
Deers*